Del miedo y otros demonios criollos



Existe un ingrediente vital para gestar la receta de este coctel de polarización social en que vivimos: El miedo. Aquí se construye el día a día a base de la cantidad de miedos predeterminados. Le tememos a casi todo. Miedo al crimen y miedo a la justicia. Miedo a la recesión y miedo a la globalización. Miedo a la independencia y miedo a la estadidad. Miedo a la vida y miedo a la muerte. Miedo a callar y miedo a opinar. El mismo miedo que nos lleva a luchar guerras absurdas por países absurdos por razones aún más absurdas.

El miedo nos rige, nos gobierna, nos corroe. Dictamina cada una de nuestras decisiones. El miedo nos hace elegir “democráticamente” a políticos inescrupulosos que regirán nuestros destinos cada cuatrienio saqueando las arcas del país sin remordimiento alguno. El miedo evita que eduquemos efectivamente a nuestros hijos. El miedo nos hace seres inútiles. El miedo nos encierra dentro de religiones para no afrontar la realidad.
El miedo nos hace bajar la cabeza frente a las injusticias. Nos hace aceptar el abuso a los niños, a la mujer, a los extranjeros, a los homosexuales y a los liberales. Si le tememos lo destruimos, lo segregamos, lo aislamos.

Pero este miedo jamás es impuesto. No, al contrario. Es sutilmente introducido como comercial televisivo o filosofía de vida. Como ensayo periodístico o fe religiosa. Como reforma educativa o movimiento político. El miedo es sembrado en nosotros sin que nos demos cuenta, tal y como sembraron en nosotros el miedo a las armas de destrucción masiva, el miedo al cataclismo universal, al comunismo. Tenemos miedo a tener más miedo y tememos no saber qué hacer con este siempre creciente tumor de miedos infundados. El miedo nos exterminará como pueblo, como ciudadanos. Como seres humanos.

2 comentarios:

ENDER AGUSTIN dijo...

Leí varios de tus escritos: el de la "idea" me parece excelente por el tono confesional y la intención de articular voces para filosofar o interrogar..."El fúser", bien logrado en la escritura y su sustento intertextual me pareció preciso...seguiré transitando por tus productos

Brenda Ortiz Nevárez dijo...

Totalmente de acuerdo con el argumento. El miedo nos detiene; nos atrasa.