te me enredas temblorosa entre los brazos
y luego el alba me sorprende encadenado a tu regazo.
Te me entierras profundo en mis poros
y yo,
que hiervo, me estremezco frente a tus ojos
de piel amarrada a la dulzura, de historias atadas a mi estatura.
Corteza de hiedra,
te me adentras en el bosque de mis celos
y derrepente me despojas de los miedos.
Recorro tu dermis vegetal
y descanso mis raices en tu espalda
de piel amarrada a la dulzura, de historia atadas a mi locura.
1 comentario:
Este de verdad que está bueno...el tono lo uso también en mis poemas; la escritura es un trabajo arduo, de sentaderas, de borrones y de rabias infinitas...sólo así lograremos voz propia; mientras, seremos seres reproductores de las ideas ya muertas..
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